Un agente literario británico sufre un ataque de ransomware
El asegurado, un agente literario con sede en el Reino Unido, sufrió un ataque de ransomware en los días posteriores al bloqueo inicial de Covid-19. Al igual que muchas PYME, los asegurados aún estaban intentando superar los retos de trabajar desde casa, lo que hizo que el ataque fuera especialmente perturbador. El asegurado actuó con rapidez para nombrar a sus propios expertos forenses en TI, que pudieron eliminar a los malintencionados del sistema antes de que se filtrara ningún dato. Los expertos informáticos recomendaron al asegurado que reconstruyera sus servidores en lugar de pagar el rescate.
Los sistemas del asegurado estuvieron fuera de servicio durante casi dos semanas y su personal no tenía acceso al correo electrónico. El asegurado creía que había sufrido una pérdida de beneficios brutos durante ese periodo de dos semanas y presentó una reclamación sustancial en virtud de la sección de interrupción de negocio de su póliza cibernética. Los aseguradores nos designaron para revisar ese cálculo y los costes incurridos.
Analizamos los datos financieros y rápidamente se hizo evidente que la metodología del asegurado era simplista y que la reclamación estaba sobrevalorada. En particular, el asegurado no había tenido en cuenta el hecho de que se seguían recibiendo pagos de los clientes existentes y también que se había producido un notable aumento en la cantidad de nuevos negocios inmediatamente después del periodo de interrupción (es decir, una recuperación de las ventas perdidas). No obstante, nos convencimos de que el asegurado había perdido algunas nuevas operaciones como consecuencia del ataque.
No había indicios de mala fe por parte del asegurado. En cambio, como ocurre con muchas PYME, los propietarios nunca habían pasado por el proceso y, comprensiblemente, no tenían experiencia en calcular una pérdida de ingresos conforme a la redacción de la póliza. Por lo tanto, nos comprometimos plenamente con el asegurado y su corredor desde el principio y explicamos los problemas con el cálculo con el fin de ser transparentes y gestionar las expectativas. También explicamos que habíamos sido designados por las aseguradoras para proporcionar una evaluación neutral de la reclamación del asegurado, lo que les dio la confianza de que el proceso era justo y colaborativo.
El resultado fue que los aseguradores llegaron a un acuerdo equitativo y amistoso con el asegurado. Los asegurados tuvieron una experiencia positiva del proceso de seguro y se mostraron satisfechos de haber recibido una respuesta rápida de las aseguradoras.